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domingo, 13 de enero de 2013

2 temp. 3 capítulo

No me lo podía creer. Estaba pasando. La primera cosa relacionada con mi sueño. Estaba muy nerviosa, me estaba mordiendo las uñas, pero a la vez estaba emocionada. ¿Sería la primera vez que me fuese a besar Miguel? Espero que sí. Echo de menos sus besos. Berta interrumpió mis pensamientos.
- Bueno chicas, sabéis lo que eso significa. ¡Ir de compras!- chilló Berta
- Berta creo que con todo lo que nos compramos, por no decir que obligadas por ti. Podríamos construir una escalera de ropa que llegase a la Luna.-dije
Se reía falsamente. 
- Que graciosa - murmuro Berta
- No, en serio Berta claro que quiero ir. 
- Bueno, no es por molestar pero estábamos viendo la peli.-dice Mireia
Nos reímos. Nos acomodamos en los sofás y nos arropamos con mantas y le dimos al play.
La película me encanta, me gusta el misterio y esa manera de irnos contando detalles y ponernos nerviosos en cada momento. Al acabar la película mis párpados se cerraban cada vez con más frecuencia y las lentillas (si tengo miopía) me empezaban a molestar. 
- Chicas vamos a dormirnos, que ya es tarde. 
- Oye, no tenemos pijama y mañana tengo que llevar esta ropa. ¿Cómo lo hacemos?- dijo Lidia
- Podemos dormir en ropa interior- soltó Berta riéndose. Solo lo hizo para poner incómodo a Adrian.
- No, venga os buscaré pijamas.
Llegué a mi cuarto y todas las chicas me acompañaban. Abrí mi armario y empecé a sacar pijamas de verano. Solo tenía dos. Berta cogió uno y Mireia el otro. Entonces le dí un chandal corto a Lidia y una camiseta que nunca uso. Pero no tenía nada más para Sofia.
- ¿Te importa llevar ropa de mi hermano?- le pregunte a Sofia
- Ehhh, no.
- Vale, pues pídeselo y, ¿Podríais Berta y Mireia coger el colchón inflable del salón? Yo voy a despejar esto. ¿Lidia me ayudas con la mesa?
Berta y Mireia se fueron al salón.
- Berta puedes dejar el móvil que esto pesa lo suyo- dijo Mireia
- No estoy con el móvil-susurró- quiero ver lo que hacen Sofia y Adrian  No has visto lo nerviosa que estaba, aquí va a pasar algo.
- Bueno Berta, déjales en paz y ayúdame con el colchón.
Berta cogió el colchón y se alejaron del salón.
Sofia estaba a punto de entrar en el cuarto de Adrian.
Sentía ligera vergüenza en el cuerpo que me recorría los brazos y llegaba hasta mi tripa. ¿Eso serían las mariposas? Pues son bastante agradables. Respire hondo y llamé a las puerta corredera que me separaba del chico del que estaba enamorada. Lo cierto, es que estar enamorada me parece un poco exagerado, pero leí un tweet que decía que si estaba colado por un chico más de cuatro meses estaba enamorada. Tal vez sea verdad. Escuche una voz de dentro diciendo:
- Entra
Abrí la puerta y me encontré a Adrian encima de su cama con su móvil. Adrian solo llevaba unos vaqueros y podía ver claramente sus musculosos brazos y lo, vulgarmente dicho, "tableta de chocolate". Me estaba derritiendo.
- Ah, creí que eras Ana. 
Sonreí inocentemente.
- Ana, me ha dicho que como  ella no tiene más ropa que dejar, si tu tenías algo para mí.  
Sonrió. 
Uf. Te puedo dejar una camiseta que a ti te quedara bastante grande y la usas de camisón. 
- Vale- volví a sonreír.
Adrian sacó una de su armario blanco y me tiro una camiseta naranja. Me la tiro a la cara.
- ¿Así tratas a las chicas?
- No, solo a las que me interesan.
Me puse roja. No entendí esa frase, pero quería entender que le gusto.
Para tapar mi cara roja, me puse la camiseta. Me quedaba bastante larga como el dijo. Así que me quite los pantalones.
- Gracias por la camiseta-dije, sonriendo.
- No hay de que
Salí de su cuarto dispuesta a volver al cuarto de Ana, (Si sales del cuarto de Adrian te encuentras en el salón, en la cocina y en el comedor, no hay paredes que separen las distintas salas.) pero se abrió la puerta de la casa y aparecieron los padres Ana. Me quedé sorprendida, seguro que nos dejan quedarnos a dormir. Lo malo es las bebidas alcohólicas que habíamos traído estaban encima de la mesa del salón. Y mi ropa no era la mejor para ser vista por los padres de Ana. Los padres no podían llegar hasta donde yo estoy y solo nos separaba un pasillo pequeño. Así que ande deprisa hacía ellos. 
-¿Sofía?- dijo extrañada Elena, la madre de Ana
- Hola- dije intentando aparentar normalidad
- ¿Dónde está Ana? - dijo, yendo al grano
- En su cuarto.
Se alejaron los padres de Ana.
Yo corrí y cogí las botellas las metí en la bolsa que uso Berta para traerlas. Oía pasos hacía aquí. Corrí nerviosa hacía el cuarto de Adrian. Abrí la puerta bruscamente y sin llamar. Él por un momento se asusto y observe que estaba en calzoncillos, se estaba cambiando. Dijo:
- Creo que la próxima vez que entres a mi cuarto estaré desnudo- me reí.
Adrian, lo siento, pero es que han venido tus padres y he recogido las botellas de vodka.
Me puse a mirar su cuerpo, me estaba costando respirar. Tenía tantas ganas de poder tocar su brazos, su espalda y que sus labios se posaran sobre los míos.
- ¿Qué hacen aquí mis padres? 
- Habrán vuelto antes del viaje
- Ah. 
- Oye, Adrian, volviendo a la conversación de antes. ¿Qué significaba eso de que te interesó? No entiendo.- dije bajando la voz
Sonrío picaramente.
- Con que le has estado dando vueltas. Pues, significa que me caes bien.
Eso es todo. Creo que quería llorar, debe ser por  la menstruación. 
- Ah, vale, bueno yo ya me voy.- me separé de él y abrí la puerta de su cuarto
- Espera, - se acercó a la puerta- quieres quedar conmigo. El sábado, a las 8:00 en la puerta del Burguer King.
- Ya creía que no me lo pedirías- dije
- Es que viendo tu carita de pena -dijo él riendo.
-Ah, ¡capullo!- dije enfadada. Salí de su cuarto.
Él vino detrás mío.
- Espera, Sofía.- me cogió del brazo  Yo intentaba soltarme. Me tiró del brazo y me hizo girarme. Vi sus ojos, sus castaños y brillantes ojos, sabía que solo me había dicho eso para no quedar como un chico dulce. 
Acercó su cara a la mía. Y yo me separé.
- No soy una chica fácil.- dije. No podía creer lo que acababa de decir. Continué andando pero al girar por el pasillo pude ver su cara por última vez esa noche, estaba sonriendo.
Me sorprendí y sonríe como nunca antes lo había hecho. Era una sonrisa tonta con una risa intercalada. 
Y se fue dando zancadas hasta el cuarto de Ana. Así acaba el tercer capítulo de la segunda temporada de Despierta.

                                


2 comentarios:

  1. Humm... Sofía y Adrián? Empezará a cumplirse todo lo que soñó Ana?
    Estoy deseando saber más, me ha gustado mucho el capítulo :)
    Un beso ^^

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