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martes, 17 de junio de 2014

2 temp. capítulo 11

Aylen
¿Qué?- dije confundida.
- Hola Berta
- ¿Sabes mi nombre?
- Todo este pueblo te conoce pero no por tus mejores cualidades.
- ¿Qué has querido decir con eso? - dije con cierto enfado. El chico que tenía en frente era realmente misterioso. Su piel era pálida y sus ojos demasiado oscuros para resultar llamativos. Pero era todo ese misterio que lo envolvía lo que le hacía atractivo. El joven no la miraba, su mirada estaba fija en la salida.
- ¿Te apetece ir a dar un paseo? - dijo por fin el chico.
Berta asintió y se dirigió hacia la puerta.


-¡Chicas¡ Gonzalo me ha escrito
- ¿Qué pasa Lidia?
- Me ha escrito Gonzalo, quiere que seamos amigos - explicaba Lidia
- "Amigos" - dijo Mireia riendo
- ¿puede funcionar eso de ser amiga de tu exnovio?
- Nuestra relación no era de novios enamorados, creo que puede funcionar.
- El problema es, ¿tu no estás enamorada de él? -dije confusa
- Me gusta, puedo conformarme con ser amigos.
- No es por interrumpir esta bonita charla pero, ¿dónde esta Berta? La toca jugar. -decía Mireia
- ¡Me pido hacerlo por ella! - chillaba Sofía con la mano en el aire, como si levantara la mano en clase para decir algo.
- Venga, vamos Sofia, dale su único pleno - decía Ana divertida
Sofia coge una bola y después de estar varios segundos pensando su estrategia, lanza la bola. La pobre Sofia solo consiguió tirar dos bolos.
- ¡Odio este juego!
- Eso es porque es el único deporte que se te da mal - reía divertida Mireia
- ¡Anda calla!





- Bueno, ¿cuándo nos vamos a liar? -preguntó Berta
- Que te traten como una prostituta no significa que te tengas que comportar como tal - dijo el chico misterioso
- ¿Me acabas de...- Berta se interrumpió haciendo un sonido de enfado. Se levantó del suelo y se alejó furiosa.
La joven se paró un momento para respirar hondo y no chillar. Entonces el chico se puso enfrente suya impidiendola entrar a la bolera.
- ¡Apártate!
- Siento haberlo dicho de esa manera, no era mi intención ofenderte, es solo que...- Berta la interrumpió, dejando claro su falta de intereses.
- Me importa una mierda lo que quieras decir, no quiero disculpas. Lo que quiero es entrar ahí y no volverte a ver en mi vida. 
- Espera, es que se que no eres así, que todo es una fachada y quiero conocerte...
Berta le empujo fuertemente y entró a la bolera.



Berta entró a la bolera y las chicas sabían que algo malo pasaba. 
- ¿Qué ha pasado Berta?- preguntó Ana preocupada
- Un tío sin nombre me acaba de llamar puta a la cara.
- ¿Qué coño? - dijo Lidia enfadada
- Dime quien es que le voy a partir la cara - dijo Sofia llena de ira. Parecía muy dispuesta a enfrentarse a él.
Déjalo Sofia, vamos a casa.
- No, dímelo. Tu dímelo.
- He dicho que no. Vamonos. Ya.
- Esta bien - decía Sofía resignada.



Las chicas abrazaron a Berta y se fueron juntas. Una vez fuera, Berta vio al chico misterioso. El chico hizo ademan de acercarse a ella pero se giró y se fue alejando. Todas pensamos que era él. 
- ¡Tu! ¡Capullo! No se te ocurra volver a insultarla, o hablar con ella. - Sofia se estaba acercando y acercando a él. Sofia no podía controlar su rabia. Ana sospechaba que algo la habían ocultado. Sofia empujó al chico, que se cayó al suelo sorprendido. 
Su cara era familiar para Ana. Ana se acercó a él cada vez más. Era... Era.. Era... Entonces Sofia empezó a darle patadas. Nosotras fuimos corriendo a detenerla.
- ¡Para Sofia!- decía Mireia agarrando a la joven por la espalda.
Entonces los ojos del chico se cruzaron con los de Ana. Era Corti. A la chica le aparecieron un montón de imágenes en la cabeza. Vio a Corti en la camilla y gente intentado reanimarlo. Entonces vio a Berta destrozada en el suelo.
- Vamonos Sofia - dijo Berta.


Después de acercarse a casa de Berta, las chicas se sentaron en el suelo.
- Chicas, lo que ha pasado hoy es por... ¿por algo que ha pasado antes? No entiendo esta reacción. - preguntó Ana en busca de respuestas.
Sofia miró a Berta.
Estábamos en una fiesta el año pasado- dijo Berta. - Estaba bailando con Sofia y más chicos. Vosotras no estabais no se porque. Entonces alguien hizo algo en el jardín que llamó la atención de todos. Yo cansada y sola en la habitación, me fui a tomar un poco de agua. Un chico apareció de la nada y me empezó a agarrar. Me dijo: "Chica estás buenísima". Quería que nos liáramos. Yo le alejé de mi, le dije que me dejara. Él se enfadó y empezó a insultarme. "Eres una zorra, te lías con todos y cuando yo quiero, ¿no lo haces?". Me empujo contra la pared, no podía moverme. Entonces vino Sofia y empezó a pegarle. Fue una experiencia horrible chicas. - Berta decía sollozando.
A Ana le partió el corazón que alguien pudiera hacerle eso a Berta. Yo abracé a Berta con mucha fuerza, intentando curar el dañó que ese imbécil  le hizo. 



- ¿Quieres que vayamos a tu casa? - dijo Mireia
- No, estoy bien. Quiero estar sola - contestó Berta.
Aceptamos y nos despedimos con muchos abrazos.

Una vez en su casa, Berta intentó distraerse de lo ocurrido esa tarde. Pensó en ese desconocido que trabaja en la obra. Quería saber más de él. Solo se le ocurrió una forma de conseguir información sobre él. La joven de cabello claro resopló y se sacudió sobre su cama. Estaba indecisa. Entonces, de un salto, de levantó de la cama y salió de la habitación velozmente. Berta llegó a su salón donde estaba su padre leyendo el periódico diario que llevaba un atractivo repartidor del correo. 
Papa, tengo una pregunta.
Si, Berta. ¿Que quieres saber?
Se paró en medio de la estancia e insegura jugaba con su tranza. 
- Vale, - dudó un segundo - me preguntaba si sabías si uno de los obreros que están trabajando ahí fuera es joven. 
¿A qué te refieres con joven?
Pues, que si hay algún chico con veinti pocos años.
Tendría que comprobarlo. Pero, ¿ a qué se debe esta pregunta?
Nada, papa. Simplemente me sorprende ver a obreros tan jóvenes por los andamios. No es nada.
Volvió a su cuarto más tranquila por contárselo a su padre. "No ha ido tan mal" pensó Berta mientras subía las largas escaleras.


Así acaba el undécimo capítulo de la segunda temporada del diario de Ana.

Capítulo 11

martes, 11 de febrero de 2014

2 temp. capítulo 10

Recibí un mensaje: "Nos vamos a la bolera. Vente. No acepto un no por respuesta".

 

La contesté aceptando. Sonreí. Me encanta la bolera, se me da muy bien. Si fuese un deporte, le pediría al profesor de educación física ir a la bolera todos los días. Estoy segura que sacaría un notable. Sería un sueño hecho realidad. Cuando acabé de ponerme mi vieja camiseta blanca con rayas azules y mis nuevos vaqueros cortos de tiro alto. Me puse a buscar como loca mi bolso marrón en el que metí unos calcetines porque iba a llevar unas sandalias también marrones. Busqué mi iPod y fui a la bolera.
thepolyvorecollection:


Untitled #398 by im-emma featuring tan flats





Llegué y me estaban esperando en la entrada.
¿Estáis preparadas para que os de una paliza? - dije en un tono de voz alto
Ellas se rieron. Entramos todas juntas y después de pagar por nuestra partida, nos dieron los zapatos de bolera. A mi siempre me han gustado, son adorables. Después de ponernos los zapatos empezamos la partida y hablamos mientras esperábamos nuestro turno.
Ana está ganando chicas. Tenemos que impedirlo. - chillaba Berta entre risas.
Va a ser imposible.- dije con satisfacción.
Me quedé vigilando las bolas que salían de la vieja maquina. Pronto le tocaría a Berta y su famosa bola rosa aun no había salido. Para acelerar la partida, la avise.
- ¿Donde coño esta mi bola?
Me reí. Berta se levantó en busca de una bola rosa.

"Maldita sea" pensó la joven de pelo rubio, "¿dónde habrá otra bola rosa?". La forma de caminar de Berta, era como si el suelo fuese una pasarela y las personas de su alrededor el publico. Tenía que impresionarles y lo hacía. Los chicos que se fijaban en ella, caían rendidos a sus pies y, después de conocerla, no pueden separarse de ella. Ese es el encanto de Berta, atrae tanto su físico como su personalidad, es una chica especial. Y en ese momento, había solamente un persona haciendo de público, un chico un poco bajo con el pelo oscuro y desmelenado, pero le hacía más interesante y misterioso. Aunque claro, Berta no lo había notado. La chica vio, por fin, una bola rosa. Fue a cogerla, notó que un chico la miraba. Él se acercó.

Mientras Lidia esperaba su turno. Estaba pendiente del teléfono porque las chicas hablaban de alguna serie que ella no había visto. Sonó una melodía y rápidamente vio que era una notificación del whatsapp. Al mirar de quien era, se quedó parada en la silla como un coche estropeado en medio de la carretera. El mensaje decía:
"Lo siento si te he hecho daño. No pretendía ser tan borde, solo contarte la verdad y dejar de fingir."
Era Gonzalo.

Así acaba el décimo capítulo de la segunda temporada del diario de Ana.

Hasta aquí el capítulo y se que es un poco corto pero quería subir capítulo hoy. ¿Sabéis por qué? ¿No? Lo suponía. ¡Hoy es el ... (he ido a comprobarlo y el 1 era el aniversario, hoy es 11, añadí un 1 de más. Agh. Da igual, mejor tarde que nunca.) aniversario retrasado de tres años con el blog y con la historia!

Así que en 3 años, he publicado 31 capítulos. Un poco lento, pero hubo un parón bastante grande, después otro, después otro y al final pasan tres años. ¿tres? Vaya, no recuerdo como era hace tres años pero cada fragmento de esta historia contiene algo de mi, y he ido creciendo, la historia también. Ahora he llegado hasta aquí. Espero haber mejorado de alguna forma en la escritura y se que me falta mucho para ser considerada buena escribiendo, creo que nunca lo conseguiré porque tengo alguna discapacidad para expresarme con claridad, lo dicen todos los profesores en mis exámenes, por algo será. En fin, que gracias a todos los que esteis leyendo esto y me hayáis apoyado a lo largo de estos años. Gracias.



martes, 20 de agosto de 2013

Reconstruyendo la obra en Watttpad

Hola, dormilones. 

Me he dado cuenta de que quiero hacer mi obra más seria y la estoy retocando, pero no voy a retocar el blog. Voy a subir de nuevo la novela en otra plataforma, en Wattpard. Ya he hecho portada y he subido la introducción y el primer capítulo. He cambiado el nombre a los personajes y he añadido nuevas escenas y personajes. Además, los tres libros de la saga (yo los llamaba temporadas) son cada uno en un trimestre, creo. Así que por eso, la primera temporada va a ser trastocada, porque no pueden estar de viaje de fin de curso en el primer trimestre. Si queréis mi obra en Wattpad os dejo el link:  http://www.wattpad.com/23628548-despierta-introducci%C3%B3n#.UhPs0dLwmi4

viernes, 14 de junio de 2013

2 temp. 9 capítulo

Seguí caminando en busca de las fresas.
- ¿No me vas a preguntar nada? Eso no es propio de ti. Te estas haciendo la interesante, ¿es eso?.
Sonreí pero el no podía verme.
- Bueno, ¿qué tal el día?- dijo Miguel mientras se apoyaba en la estantería de cereales en frente mío. 
- Déjate de preámbulos, ¿qué ha significado la conversación por mensajes?
- Tendrás que ser más específica, recibo muchos mensajes de chicas interesadas en mi.
- Ahora tu te estás haciendo el interesante. No se te da tan bien.
- Bueno, pues no me acuerdo de que me hablas.
- ¿En serio tengo que recordartelo?
Él asintió con la cabeza
- Eres insoportable, ¿lo sabías? Bueno... quiero que me digas que significa - me giré para no tener que mirarle mientras le cuento esta cosa que me hace sentirme tan tonta- lo de que soy tu novia.
- ¿Qué no recuerdo nada de eso?
- Mira, te voy a pegar tan fuerte que vas a acabar acordándote.
- Vale, esta bien, esta bien. No trates así de mal a tu novio.
Sonreí. Me giré y cogí chocapics.
- ¿Y no crees que no es demasiado pronto? ¿Que no me conoces en absoluto?
- Somos jóvenes y tenemos que disfrutar al máximo, ser espontáneos y no guiarnos por lo que debe ser correcto.
Solté el carrito lleno de comida. Le miré a sus ojos tan intensos. Me acerqué a él. Mi cuerpo se calentaba. Le sonreí y puse mis manos sobre sus mejillas. El más mínimo roce me hizo sentir cosquilleos en las manos, que fueron extendiéndose por cada vena de mi cuerpo hasta quedar entumecida. Suspiré. 
- Coger a alguien así es extraño, teniendo en cuenta de que estamos en un supermercado. 
- Puede que tengas razón pero no se supone que tenemos que ser espontáneos y no dejarnos llevar por lo que debe ser correcto.
- Cierto.
- Bueno ahora cállate que tenía algo que decirte. Sabes que eres el chico más guapo que he visto en mi vida. 
- ¿Incluso más guapo que Peeta Mellark?
Me reí y retire mis manos de su cara. 
- Incluso más guapo que Josh Hutcherson. - no estaba segura si estaba mintiéndole - Lo que no logro a comprender es como alguien como tu sale con alguien como yo.
- ¿En serio Ana? Pues salgo contigo por como eres y además eres la chica más guapa que he visto.
Me puse roja.
- Me encanta que me mientas.
- La verdad es que Jennifer Lawrence es mucho más guapa.
Le pegué bruscamente en el brazo mientras gritaba su nombre. Pasó su brazo detrás de mi nuca y apartó el pelo, entonces acercó sus labios y me besó. Mi cuerpo no estaba preparado y se ruborizó. Me mordí el labio deseando que lo volviese a hacer. 





- "And everything has changed. All I know is we say hello, you´ll be mine and I´ll be yours. All I know is we said hello and everything has changed".

Maldita Ana que me ha pegado la canción. Taylor tiene una voz preciosa la verdad, debería descargarme esta canción. 

Salí de la ducha y me puse mi albornoz rosa donde tiene cosido "Berta" en mayúsculas de color blanco. 

Lidia me da mucha pena, que mal lo está pasando. Espero que la película y nuestra larga charla la hayan ayudado. 

Abrí la puerta del baño y pase rápidamente a mi cuarto. Puse "Everything has changed" en mi iPod y puse el volumen máximo y empecé a bailar. Me acerqué a mi mesa de estudio y dejé mi albornoz en la silla. Entonces oigo un silbido, provenía de la ventana. Giro bruscamente la cabeza y veo a un chico. ¡Un chico! Me estaba viendo desnuda. Pegué un chillido y corrí a mi armario donde no podría verme. 

www.thatstotallytori.tumblr.com

Me puse un vestido y me dispuse a salir de mi pequeño refugio para encararme a ese insolente niño que se ha atrevido a verme en mi momento más íntimo. 

Entonces pude verle mejor. Llevaba una chaqueta de cuero negra y una camiseta a juego con vaqueros y unas deportivas. Parecía un chico joven, tenía el pelo largo y lo llevaba todo hacia arriba. Su piel era de un color café con mucha leche y sus ojos era demasiado brillantes. Creí pensar que sus ojos tenían un brillo dorado. Ese chico, ¿de dónde había salido? Era misteriosamente demasiado atractivo.

Me acerqué a la ventana.
- ¿Qué coño haces en mi ventana?
En ese momento observé que estaba subido a un andamio. Las obras, ya habían llegado a mi cuarto. 
- Trabajar
- Si, seguro que eso significa mirar a los inquilinos de la casa.
Le estaba chillando. Estaba enfurecida. Seguro que alguien me pudiese haber confundido con Campanilla enfadada de lo roja que estaba.
- No, significa disfrutar de las vistas.
Nunca nadie me contesta. Nunca. Y si lo hacen se como contestarles pero en ese momento estaba en blanco. Solo se me ocurrió una cosa y le enseñe mi dedo corazón.
Me vestí donde no pudiese verme y me senté delante de mi mesa de estudio para intentar hacer algo. Entonces me giré para mirar la ventana y estaba allí sentado mirándome. ¿Qué debía hacer? Cerrarle la cortina en las narices o gritarle algo. Decisiones, decisiones. Así que abrí la maldita ventana de par en par. 
- Sabes Berta se que me deseas pero creo que entrar a tu cuarto sin conocernos es un poco precipitado. 
Le mire con odio como nunca había mirado a nadie.
- Sabes me están entrando unas ganas de empujarte, que te caigas al suelo y te rompas la cabeza.
- Vaya que grosera eres con tus invitados
- Tu no estas invitado deja de imaginarte cosas.
- Que mal me tratas después de tener en mi poder la noticia del día "He visto a Berta desnuda".
- Ni se te ocurra pervertido.
El se río. Agggggghhh. Se me tensaban los músculos de la cara y apretaba con fuerza mis dedos en puños.
- El caso es que quiero de dejar de oírte  Así que aparta tu feto de mi ventana que intento estudiar con luz natural, eso quiere decir que no me apetece bajar la persiana y encender la luz.
No se movió de ahí. Me quejé de una forma visible y el volvió reír  Baje la persiana tan rápida que me quemé la mano. Le acabo de conocer y ya le odio. Ni siquiera me se su nombre, y el si el mío. 

Los últimos rayos del sol se difuminaban tras un viejo edificio donde solía vivir Lidia. Mire el reloj otra vez impaciente. Eran las 8:03. Llegaba tarde. Me temblaban las piernas y ya no me quedaban uñas que morder. ¿Me iba a dejar plantada? Espero que no porque me echaría a llorar. Además me había puesto mi mejor conjunto. Llevaba una jersey marrón claro, unos pantalones cortos negros, unas bailarinas negras y un bolso negro con tachuelas doradas. Como último complemento me puse un colgante con una cruz negra.


L.O.V.E by tania-maria featuring sequin sweaters

- Te voy a raptar.
- Adrián, esa es la mejor forma de saludar a una chica.
- Lo sé.
Me giré y le sonreí.
- ¿A dónde vamos?
- Si te lo digo, se estropea la sorpresa.
- Pero al menos que me tapes los ojos, voy a saber a donde vamos. 
- Eres doña corregidora.
- Si, ese es mi trabajo. Molestarte.
- Tu lo has querido. 
Se puso detrás mío y me tapo los ojos con sus frías manos.
- ¿Quieres que vaya así por la calle?
- Exactamente
Me reí mientras él se pegaba a mi, así que eché a andar. 
- Estamos cerca.
- Si
Se oían ruidos de gente riendo y notaba como mis mejillas enrojecían. 
- A la, ya puedes parar de temblar.
- Yo no estaba temblando.
El giró la cabeza y me miro fijamente, sus ojos se estaban riendo de mi. Tenía razón. Estaba temblando. Si el chico que me gusta, el primer chico que me gusta me pide una cita y no se como actuar, ¿cómo quiere que no tiemble? Mire la calle. Me ha traído a un kebab. ¿Cómo lo sabía? Me reí como una tonta.
- Me encanta
Él me cogió de la mano y me sentó en el banco que había delante. Al poco rato trajo dos kebabs. Nunca antes me había dado tanta vergüenza que se me llenase toda la cara de salsa. 
- Estas guapísima.
- ¿Es una broma? 
- En absoluto, esa lechuga sobre tu labio pega a la perfección con tus ojos.
Intente reírme. Después de acabar el maldito kebab, me cogió la mano y guió hasta el parque. ¿El parque? Después de pasear durante diez minutos, callados. ¿No tenía nada que decirme? No se me ocurría nada. Llegamos al lago. El parque estaba desierto, como de costumbre, la oscuridad estaba sumiendo al lago y la temperatura descendía. Llegamos hasta las barcas sobre la arena viscosa. 
- ¿Nos vamos a montar en una barca?
- ¿No te gusta?
- Es perfecto, pero la próxima vez avisa de las actividades para que no coja hipotermia. 
- Exagerada.
- Realista.
Nos reímos mientas nos montábamos a la barca. Me lo estaba pasando genial, Adrián es adorable. Estábamos en el medio del lago y Adrián había dejado de remar.
- No te lo he dicho en toda la noche pero tienes que saber que estas preciosa.
Le di la mejor de mis sonrisas mientras se lo agradecía.
- Tu también estas muy guapo, deberías ponerte más esa sudadera, te favorece.
- Vaya, ¿me estás dando consejos de moda?
- Como Justin Timberlake y Jessica ...
No pude acabar la frase porque Adrián pasó su mano detrás de mi nuca y se agachó hacia mi cara. Puso su frente sobre mi frente y sus labios estaban a pocos centímetros de distancia de los míos. 
- ¿No crees que hubiese sido más apropiado besarme mientras me dejabas en casa como en las películas americanas?
- Nosotros no somos tan predecibles.
En ese momento se agachó un poco y ocurrió. Mi primer beso con el chico del que estaba enamorada. Así acaba el noveno capítulo de la segunda temporada de "Despierta".



domingo, 26 de mayo de 2013

Sueño

Hola. Antes de nada deciros que estoy mala, lo sé es irónico que en todo el invierno haya estado perfectamente bien y ahora que empieza el verano tenga mocos y ganas de estar debajo de una manta sin moverme las 24 horas del día. 

Bueno después de este inciso quiero contaros mi sueño. Es un poco exagerado, vale os lo explico. Esta semana uno de mis amigos de toda la vida (ya no nos llevamos tan bien, pero hablamos de vez en cuando. Le conozco desde hace once años.) le dijo a una de mis mejores amigas un secreto (ahora se lleva mejor con ella que conmigo). Ella tiene una especie de incapacidad para guardar secretos, así que lo soltó  Dijo que era gay. Creía que era un broma, en fin era increíblemente raro, no me lo podía creer. Era difícil de encajar. Creo que es que somos como hermanos, vamos que eso de hablar de nuestra sexualidad es raro. 

Entonces os cuento mi sueño. Estaba soñando que mi padre era gay. Jajaja. Entonces empecé a pensar que si mi padre era gay, no quería a mi madre y todo había sido una mentira. Entonces mi madre se estaba haciendo una operación en casa (no se de que era pero me estoy imaginando que era para cambiar su sexo y hacerse hombre). En fin estaba delirando.

Luego estábamos en una ciudad de viaje, no se si era Roma. Estaba con mi madre y sus hermanas y mis primas. Queríamos todas visitar iglesias y un montón de lugares pero algo nos impidió salir de la casa. Entonces yo las decía que ya no nos daba tiempo pero no salíamos. 

El resto no lo recuerdo. Bueno, espero que no penséis que estoy como una maldita cabra. Ya lo se. Jajaja. 

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sábado, 25 de mayo de 2013

2 temp. 8 capítulo

Adrian estaba sentado a mi lado en ese sofá tan cómodo. Estaba pensando en dónde podrían quedar Adrian y Sofía y se me ocurrió un lugar muy agradable.
- ¿Qué tal si después de la cena, la llevas al río?
- ¿Un paseo en barca? ¿No es demasiado romántico?
- Y ¿que crees que le gusta a una chica?
- Bueno, está bien. La puedo llevar a cenar a un restaurante italiano. ¿Le gusta la comida italiana?
- ¿Y a quién no? Pero creo que su comida favorita era... ¿cómo se llama? Errr... Así un kebab.
- Vaya, tal vez la parezca un poco cutre.
- Le va a encantar.
Sonríe picaramente. 
- Gracias, Ana.
- De nada. Ahora que está solucionado me voy a dormir.
- Buenas noches.
Me metí en mi cuarto y después de cambiarme de ropa e ir al baño, me metí en mi cama. Miguel me ha besado. No pude evitar que me saliese una sonrisita. 
- Le quiero. Le quiero. Le quiero. ¡Le quiero!
Los ojos se me empezaron a cerrar. Me dormí pensando en los recuerdos que tenía de él. 

El día pasó lento. Estuve estudiando física y biología. Recibí mensajes de Miguel, me preguntaba cosas y si quería quedar. Le dije que tenía que estudiar.



"Que aburrida es mi novia"
¿Qué? ¿Desde cuándo soy su novia? Empecé a bailar de forma alocada por mi cuarto.




Le contesté:
"Soy tu novia?"
"La verdad es que no hemos hablado de eso, una razón más para quedar."
"Está bien, voy a comprar comida al Hipercinco. A las 13:00."
"¿Sabes? Es curioso porque necesito con urgencia cinco rábanos  Hoy mismo voy a comprarlos y no se hable más"
Quedaban dos horas para verle y ya estaba pensando en que ponerme. Entonces recibí otro mensaje pero no era de la persona que yo creía. Era de Lidia.
"Tías, no os podéis creer lo que me ha pasado hoy...


- ¡Lidia, haz el favor de sacar a esta perra a la calle!
Agh. Maldita sea. Me levanté de la silla y esta crujió aliviada. La grite que si mientras me cambiaba de ropa y me peinaba el pelo. Estaba tan enredado que se me rompió el peine.
- ¿Qué podía ir peor?
- Quieres salir ya, que la perra se va a empezar a mear por la casa.
- Claro mama, como no. Sacaré a pasear a la perra cuando debería estar estudiando. Creo que puedo dedicarme a pasear perros, ese sería un buen oficio. Lidia, la paseadora de perros profesional.
Me acerqué a la perra que estaba tumbada en el sofá al lado de mi padre y la puse las correas. Empezó a quejarse y hacía sonidos desagradables, parecía que quería atacarme. Maldita, Lucky.
- No exageres, solo vas a tardar quince minutos.
- Lucky es una cagona y necesita sus cuarenta y cinco minutitos en la calle.
- Eres una quejica
- Para eso soy una adolescente 
- Que cruz, que cruz.
Me puse los cascos y salí de casa. En la calle, los primeros rayos del sol habían empezado a asomar. El viento azotaba los pelos de Lucky, mis músculos se tensaron y me dio un escalofrío.
- Además hace frío. Lucky tengo una pregunta, ¿por qué tienes que pasear tres veces al día? ¡Tres!



- ¿Sabes que eres adorable? Con eso me basta, te pasearé también por la noche. 
Estábamos llegando al parque. Lucky debió ver a un perro y como yo no estaba concentrada, se me escapó la correa.
- ¡Lucky!
La perra empezó a correr como nunca, yo empecé a correr detrás suya. 
- ¡Estúpida perra! Te quedas sin el paseo nocturno. Ya lo sabes.
Mis pulmones me decían que parara pero la perra seguía corriendo. El flato, como era normal, se apoderó de mi. Por fin la perra se paró y yo hice un último esfuerzo.
- Lucky, ¡yo te mato!
Me tire al suelo a por la correa. Para mi sorpresa, había otro perro con ella, me resultaba familiar.
- Vaya, creía que eras estúpida pero has conseguido superarte.
- Como no, el que faltaba. Un hola hubiese estado bien por tu parte, Gonzalo.
- Me desagrada tu presencia y tu perro está molestando al mío.
- Que agradable eres.
- No intentaba serlo, contigo perdería el tiempo.
- Me vas a guardar rencor para siempre.
- Creo que si.
Miré al suelo. Le hice daño y nunca me lo perdonará. En verano no soy la misma Lidia, soy más rebelde y alocada, no me importa nada ni nadie. Le hice daño. Me sentía tan mal, una gran carga se había alojado en mi pecho y no pretendía marcharse.
- Gonzalo, ¿cuantas veces tendré que pedirte perdón?
- Nunca será suficiente.
- No fue para tanto.
- ¿Que no fue para tanto? Dejarme tirado por la noche, sin teléfono, sin coche, en medio de la carretera mientras te marchabas con tu nuevo novio. Déjame que yo juzgue eso.
- Estaba borracha, Gonzalo. Tu me gustabas no él. Me hiciste creer que un amor de verano no tenía que significar algo fugaz, que podría durar. Me equivoque y te hice daño. Cada vez que te veo siento que te debo algo. Lo siento.
Nos quedamos los dos mirándonos con nuestros respectivos perros reuniéndose de nuevo después de varios meses sin verse. Una lágrima se cayó por mi mejilla, tan sola, tan fría, tan intensa. Consiguió que me derrumbase. Me sentía terriblemente mal por él y no podía arreglarlo, él iba a seguir sufriendo. 
- Espero que consigas perdonarme. Te echo de menos.
Él no contestaba, parecía que miraba al infinito. Cogí aire y lo solté:
- Podríamos intentar ser amigos.
Entonces levantó su cabeza el pelo rubio se le tapaba la mejilla. Sus ojos me miraron, esos ojos azules tan brillantes que no sabía con que compararlos. No recordaba que era tan grande, sus brazos eran musculosos y su pelo se había oscurecido. Había cambiado desde el verano, a mejor. Que fuese tan atractivo lo empeoraba todo. Me estaba mirando fijamente y sus ojos estaban enseñándome todo su odio hacia mi.Entonces fue cuando se giro y silenciosamente tiró de la correa de su perro y se alejo sin decir una sola palabra.
... Volví a casa llorando. Ha sido horrible. No puedo parar de pensar en él."




Se me calló una lagrima al escuchar su historia. Estábamos sentadas en su cama. Yo me levante corriendo y la di un fuerte abrazo, no quería soltarla. Noté su respiración en mi hombro y empezó a sollozar. Estaba temblando y su respiración se aceleraba.
- Lidia todo el mundo comete errores - decía a mi espalda Berta
Entonces la solté para que pudiésemos hablar todas con ella.
- Ya - no podía continuar, necesitaba coger aire y dejar de sollozar un rato. Sus lágrimas caían por sus mejillas a con mucha rapidez. - es que. Es que. Me. he dado cuenta. De que. De que le quiero.

Nos callamos. Lidia quiere a Gonzalo, pues que bien lo ocultaba el otro día. Lo cierto es que tenía cierto atractivo. ¿Qué podía hacer para ayudarla? Absolutamente nada, no hay nada que pueda hacerla no deprimirse.

- Podríais decir algo. Hacerme sentir menos impotente aunque sea imposible. Reconozco que le quiero cuando el me odia. Le quiero y el me odia. Además no hay nada que pueda hacerme sentir mejor por lo que hice, he visto su reacción y ha sido devastadora. Le he roto el corazón y, ¿quiero que me perdone? Lo llevo claro. No hay nada que podáis hacer para que me haga sentir mejor. Si estáis aquí es por ... Gonzalo. Le recuerdo al miraros. Esta en todas partes. 

Entonces volvió a llorar. 

Podéis ver una película. Olvidarás tu complicada vida durante dos horas y te meterás en una vida más sencilla y predecible.- dije tímidamente.
- Es una buena idea, no pensaras en él y sino pensamos en otra cosa - dijo Sofia.
- Espera, ¿tu no te quedas? - dijo Berta
- Tengo que hacer la compra. Lidia ahora no te dejo escuchar nada de Taylor Swift, se que es raro prohibírtela pero es necesario. Lo que tienes que hacer Lidia es dormirte pronto, a lo mejor lo consigues y le olvidas durante unas cuantas horas. Mañana será otro día y las cosas serán diferentes, ya lo verás.
- Gracias por ayudar Ana.- me contestó 
La di otro abrazo, esta vez más corto y la solté. 

Salí de su casa y llegué al Hipercinco. Entre y cogí una caja para coger comida. Pase los detectores y saqué la lista de la compra del bolsillo trasero del pantalón.
- No hagas esos movimientos que puedes poner cachondo a más de un cajero.
- Miguel- me reí. Así acaba el octavo capítulo de la segunda temporada de Despierta.

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A pesar de llevar ya más de dos años con el blog, nunca me he puesto en serio leyendo otros blogs y interactuar con otros users de blogger. Ahora todo va de viento en popa, jaja. En serio, esto es increíble. Este mes he recibido más comentarios que en estos dos años, ha sido asdnsofindi. GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS! 

Mi reacción a esto:


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Si, me he vuelto un poco loca con los gifs, es que hay muuuchos. Ale, GRACIAS de nuevo :)